domingo, 6 de noviembre de 2011

¿Qué tiene que ver Grecia con la madre del Cuco?

      El pasado día 4 de Noviembre “elconomista.es” publicaba un artículo sobre la preocupación de Telecinco por la decisión de algunas empresas como; Campofrío, Bayer o Nestlé entre otras, de retirar su publicidad del espacio la Noria. Esta decisión era la respuesta a la “inmoral” entrevista que el programa televisivo concedió a la madre del Cuco (uno de los implicados en el asesinato de Marta del Castillo). Es evidente que la única moralidad de una gran empresa, como las anteriormente citadas, es aumentar beneficios y que esta decisión no se hubiese llevado a cabo si no hubiese una presión social que desaprueba, por considerarla inmoral o ultrajante, la aparición en un canal de televisión (previo pago) de la madre de uno de los “supuestos asesinos” de uno de los casos más mediáticos de los últimos años. Pero lo sorprendente de este hecho no es que un grupo de empresas utilicen los juicios de moralidad de la opinión pública para hacerse una campaña publicitaria de manera gratuita o cambiar su imagen de responsabilidad social, lo realmente sorprendente es que ante un hecho que a la sociedad le puede resultar aberrante, el Estado, teórico garante de los derechos de la ciudadanía y supuesto representante de la sociedad se quedó mirando.

Es uno más de los casos que ejemplifican la desaparición paulatina del poder del Estado en el actual contexto de sociedad globalizada. Decía el antropólogo Appadurai A en su libro “La modernidad desbordada” que el estado nacional agoniza como forma política. Lo estamos viendo actualmente en Grecia, un estado que ha pasado de ser una democracia a una deudocracia, en donde el poder político ha sido cedido del pueblo (supuestamente representado en el Estado) a un lobby de bancos e intereses franco-alemanes llamado Unión Europea, que impone sus planes de rescate a base de hundir al pueblo griego en la miseria, para convertir a los ciudadanos griegos en productos útiles de un “mercado laboral más flexible”.

      Pero volvamos a España en donde en las próximas elecciones el pueblo va a castigar a un partido “supuestamente de izquierdas” por realizar políticas económicas de “derechas” y como consecuencia el pueblo se va a castigar más a él mismo votando a un partido aún más “de derechas”. Ante esta lectura podemos criminalizar a los políticos por corruptos, ineficaces o por pensar simplemente es un sus propios intereses, o podemos echar las culpas a los ciudadanos por haberse endeudado más de lo que podían, por haber jugado al sucio negocio de la especulación al comprar un piso por 30 para después querer venderlo por 40, o simplemente por desinterés y pasar horas delante de la caja tonta viendo telebasura o basura en la tele en lugar de preocuparse de qué hacen sus gobernantes.

Pero la situación va más allá de unos o de otros, nunca me han gustado las lecturas simples y aún menos en estos temas, la realidad es que ante un mundo globalizado en donde los flujos de capital se mueven de un sitio a otro sin respetar fronteras y en donde el 70% de estos flujos se realizan automáticamente por máquinas, los Estados nacionales, que sólo pueden legislar hasta La Junquera o Ventimiglia han entrado en un coma profundo e irreversible y se encuentran en la UCI del hospital del capital globalizado, donde los doctores-especuladores les aplican fármacos para mantenerlos sedados.

      El poder ha pasado del Estado a otros actores y los ciudadanos afectados por problemas globales que nuestros Estados son incapaces de resolver nos indignamos, nos quedamos dormidos o actuamos de manera irracional como consecuencia de la rabia. Pero hemos de pasar de la indignación a la acción, los ciudadanos como agentes sociales también tenemos muchas armas con las que luchar;

  1. El consumo es una arma política. Hemos de boicotear los productos de aquellas empresas que realizan malas prácticas para realizar así un control social sobre ellas.
  2. Gracias a la redes sociales e internet, tenemos el derecho y la obligación de mantenernos informados sobre lo que sucede a nuestro alrededor e emitir opinión.
  3. Podemos organizarnos en asociaciones, movimientos sociales u otras organizaciones desde donde llevar nuestra voz. No tenemos que entrar en partidos políticos, asociaciones de vecinos u ONGs para que “nos coman la cabeza”, tenemos que entrar (si queremos) en ellos para hacerles llegar nuestra voz.

      Al fin y al cabo somos como un rebaño de borregos llamados consumidores a los que intentan exprimir el dinero hasta el último céntimo para que hagamos crecer el valor-acción de una empresa. Demos la vuelta a la tortilla y activémonos para ser ciudadanos-consumidores que expriman a las empresas para que puedan vivir gracias a nuestro trabajo.

1 comentario:

  1. El consumo es una arma política... Sí, cuánta sabiduría...
    Y ahí cabe mi ideal a compartir: LA REVOLUCIÓN PASA POR LA SANGRE...
    Dejemos de consumir no sólo aquello que pueda beneficiar a ciertas empresas con mala praxis, noooo...; dejemos de consumir todo aquello a través de lo cual nuestra sangre se enferma, se intoxica... Tomemos nuestras responsabilidades en la VIDA, disfrutemos de LIBERTAD... dejemos de ser seres atenuados, disfuncionales, débiles, miedosos,dependientes, inflamados...intoxicados!!
    No dejes intoxicarte, recupérate a través de tu propia fuerza, disfruta de tu energía vital, vuelve a tus raíces..., VAYAMOS AL GRANO con AMOR!!

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